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miércoles, 22 de julio de 2009

ENTREVISTA REVISTA PERSONAE

ROBERTO PEREGOZ
Pintor irónico, critica el juego absurdo de la sociedad

Por: José Antonio Ruiz EstradaFotografía: Mario Torres
www.revistapersonae.com

Yo creo que el Arte actual es un híbrido que servirá como base para los siguientes cien años… Es un licuado de todo lo existente. Es “caldo de cultivo”


Podríamos haber platicado muy solemnemente de las técnicas, escuelas, estilos y corrientes, de la creación plástica, las de antaño y las de ogaño. Pero no. Tanto el maestro Roberto Peregoz como su interlocutor, tácitamente, coincidimos en no abordarlos sino desde el punto de vista de los no especializados, del de aquellos que con observar una obra única la descubren desde que se refleja en sus pupilas, porque vibran, se emocionan, se alegran o llegan hasta la ira por aquella obra portadora del ánimo de su creador, pero nunca con pretensiones eruditas. Fusión de sensibilidades entre artista y espectador. “El verdadero arte es aquel que espontáneamente despierta, provoca, regala emociones”, coincidimos.La Galería Agua Fuerte, de Natacha Cirigliano, el pequeño pero bello santuario del arte de las Calles de Guanajuato 118, en la Roma, fue el punto de reunión. Apenas llegué, desde el cancel principal distinguí, al final del pasillo habilitado por su dueña, argentina preciosa, la obra llamada El Ataque del Centauro, la cual, podría decirse, destaca en la colección Cromosomos X & Y, de Roberto Peregoz, expuesta durante medio mes de diciembre y medio mes de enero.


El cuadro, de 160 x 70 cm., muy apaisado, llamó mi atención por el conglomerado plasmado en ocres y tierras. De lejos da la impresión de ser una multitud expectante de algo insólito o en actitud preventiva ante un ataque iracundo.Roberto Peregoz es poseedor de una gran fuerza lineal y cromática. El cuadro subyuga, al menos a mí me ocurrió. Es atractivo, bello, muy decorativo, sin haber sido gestado como arte-objeto. Cuando uno lo tiene a escasos centímetros de la vista el cuadro se descara, muestra imágenes lúdicas, irónicas, burlonas, hilarantes, pues los personajes, graves vistos a mayor distancia, en la cercanía son como aquellos “monos” que todos pintábamos siendo escolapios, cuando con líneas toscas, trapecios, triángulos, círculos y rayas, queríamos representar personas, salvo, claro, que la maestría de Peregoz convierte esos trazos burdos en obras de arte.

Sus otras colecciones muestran su depurada calidad en el dibujo, perfeccionada en La Esmeralda, cuna de los grandes maestros de las artes visuales de México. Tras mis divagaciones, que Roberto Peregoz soportó pacientemente, entablamos la plática formal. El tema de la crítica social se apoderó de ambos, claro, sin omitir el principal, el Arte.


- ¿En qué condiciones está la creación de arte plástico?: -
“En las del cambio. En las del amalgamiento de lo clásico con las técnicas actuales. En las del contacto fácil entre todas las manifestaciones del mundo. Contra el dicho de que “la pintura está muriendo” yo pienso lo contrario. Habrá quienes le pongan más énfasis al proceso del registro de un concepto hasta llevarlo a cabo. Habemos quienes mezclamos desde el concepto hasta la obra final. Yo creo que el Arte actual es un híbrido en formación como base para los siguientes cien años… es un licuado de todo lo existente, antiguo y actual, lejos de lo experimental. Es “caldo de cultivo”.


- Tampoco acepto que “en Arte todo esté dicho y hecho”, creo que la cuestión no radica en qué se haya expresado o no, sino en la forma de hacerlo para darle calidad de obra única, singular.

¿Cuál es tu propuesta?: -
“Pienso que en el Arte se va de lo general a lo particular. Siempre ha sido así. Leonora Carrington dice que ‘hacer Arte es darle cuerpo a los invisibles’, y habemos tantos... Por eso, en mi propuesta trato de dar puntos de vista sobre mi entorno, mi realidad, lo que vivo y vive mi gente: nuestros momentos políticos, económicos, tecnológicos, el cambio de un siglo a otro. Mi centro actúa respecto de lo que ocurre en mi exterior. No podría hablar de nada que no conociera o no hubiera vivido. Eso sería presuponer, prejuzgar. Por tanto, mi propuesta surge desde mi trinchera”. -
Obra y títulos manifiestan gran ironía, severa crítica social, por ejemplo: A ti, qué te ata, o El Choque de los géneros. Tus figuras son actuales, lúdicas, pueriles, a base de bolitas, figuras geométricas, líneas sencillas, como las rayas a manera de mechones, caprichosas.
¿Qué significan respecto de nuestra sociedad?: -
“Una crítica a lo absurdo… uno llega a ser… pero nos enfrascamos, de repente, en cuestiones que carecen de valor real, como el consumo de marcas, precios, dinero, status, el qué dirán. Al quedar bien con los demás, más que con nosotros mismos, se nos olvida el ser… le damos más importancia a lo que piense de uno la gente (familiar, escolar, vecinos, del trabajo) que a lo que pensamos nosotros mismos. Nos convertimos en seres domesticados –me muestra la obra A ti, qué te ata- a quienes se les imponen horarios para todo, forma de vestir, qué sí y qué no hablar, sólo lo políticamente correcto. La sociedad juega un interminable juego del absurdo. De ahí mi parte lúdica en la obra, de mi crítica, de mi burla, porque yo me niego a perder mi niño interno, el que tengo como todo ser humano, a diferencia de que la mayoría lo pierde, lo olvida, porque cree que sólo vino a este mundo a sufrir, a padecer. Olvida que no vinimos a sufrir ni a padecer en el falso supuesto del “valle de lágrimas”… ignoran que vivir es oportunidad eventual de aprender, crecer, madurar, desarrollarse, formarse. Este camino se pierde debido a todos esos absurdos que jugamos y en los que creemos la mayoría”.


- Hay convergencia entre un joven, tú, y un viejo, yo. Siempre he criticado la cultura del sometimiento del mexicano. ¿Cómo se dio en ti ese rechazo?: -

“Salí un tiempo con una mujer paraguaya que un día me preguntó la hora… respondí en automático: ‘¿Mande usted?’ Me vio extrañada y me preguntó: ‘¿Por qué respondes “mande” si no te estoy mandando?’ –Así me enseñaron, siempre me dijeron que es lo correcto. –‘No te estoy mandando, simplemente no escuchaste mi pregunta’. Me di cuenta de que vivimos un absurdo… que México es un país maravilloso, pero absolutamente absurdo: con doble moral, conquistados, víctimas de genocidio y del asesinato cultural a manos de los monjes misioneros… para muestra están ahí cualquier número de templos construidos con las piedras de la arquitectura prehispánica… en cuanto a religión, no digo nada, cada quien sabrá, pero en la parte cultural sí es terrible que haya gente que aislada no tenga oportunidad de conocer la realidad… creo que el Arte es una magnífica oportunidad de conocer otros puntos de vista y que tú , artista, lo pongas sobre una pared para que la gente lo vea y diga: -‘¡Ah caray!’ y se cuestione a sí misma… finalmente ese es el Arte, un lenguaje que llega directo al espectador, fácil de entender… un lenguaje universal… las imágenes deben hablar por sí mismas… Cuando tú dices un chiste o una ironía, no necesitas decirlos tres veces, los cuentas una vez y si es bueno, la risa es espontánea… En el Arte es lo mismo… el lenguaje lúdico del niño es infalible… los niños son maravillosos, están limpios, no hay truco… están abiertos a aprender, pero a uno se le olvida…”

- En lo expuesto, ¿el espectador entiende tu lenguaje, capta tu ironía?: -

“Sí, desde siempre. No es que plasme lo que presuponga, sino lo que ya vi y viví. Encontré gente que no habla mi idioma, con palabras no nos entendíamos, pero con mi obra nos identificamos instantáneamente. Hago figuras muy fáciles de digerir… muchos de mis coleccionistas son alemanes, vietnamitas, que se identifican con mi obra, sobre todo con las figuras, las caricaturas, las tribus, como pudieron me dijeron que son muy visuales, estéticas y muy decorativas. No sólo son imágenes agradables, sino integrales, con mucho contenido, de eso se trata”.-

¿Cuándo te eligió el arte?: -
“Coincidencia maravillosa. Yo estudiaba Economía, aunque siempre me gustó el dibujo, pero en mi entorno familiar no había ningún artista, aunque sí, muchos libros en casa. Mi papá era lector asiduo. Luego, la UNITEC convocó una exposición de diseño, pedí permiso para inscribir mis dibujos que se expusieron durante un mes y de ahí se desató mi vocación en 1996. El director de Diseño me dijo: ‘¿qué haces en Economía?’; le solicité lugar en su cátedra pero me sugirió que me fuera a Bellas Artes. Me fui y participé en otra muestra, donde la directora me sugirió acudir a la convocatoria de La Esmeralda, que no tenía caso perder tres años… hice mi examen y me quedé en La Esmeralda. Eso era lo mío, y aquí estoy…”

- Tu propuesta es clara: sacudirnos la cultura del sometimiento para impulsar una de plena libertad para elegir ser y querer hacer lo que más le agrade a uno.

¿Pero, cómo cambiar el sistema educativo obsoleto por otro de formación integral de la persona?: -“Mis ideas son de elección de opciones. Primero, sí hay conciencia ya –cuando menos de los jóvenes de 25 años para abajo-, están dejando de creer en las imposiciones, buscan información de todo el mundo vía Internet, estan en contacto con personas de todo el mundo; ya no hay distancias inaccesibles, la sociedad mexicana está más informada, ya es muy difícil engañarla.

Creo que la formación de las personas debe basarse en la verdad apegándose a la historia real, sin venerar héroes de papel… Dura uno 15 años educándose y cuando uno se gradúa deben pasar otros 15 para reeducarse. Entonces, uno descubre las mentiras… que en nuestro sistema educativo no hay pedagogía ni enseñanzas para el razonamiento correcto… las escuelas no forman, deforman; preparan gente para insertarla en un sistema de explotación, para servir, no para liderar; no hay orientadores vocacionales… México es presa del analfabetismo funcional, de la ignorancia, la displicencia, la atonía de padres y autoridades, sin hábitos de lectura para ampliar conocimientos. Además, los padres están obligados a trabajar, entonces, o trabajan o cuidan hijos. Por eso no hay cultura visual, sólo unos pocos gozan visitando un museo”.-


¿Esta es la gran paradoja?: -
“Definitivo, el potencial de los mexicanos es elevadísimo, pero en la gran mayoría queda dormido, porque nuestra cultura es la de “hablar quedito”, de ser solemne hasta frente a lo anodino. Los museos no son para callar, ni tampoco son tumbas de las musas ni de los artistas, son sitios donde debemos manifestar nuestra alegría, abiertamente, de que haya tanto Arte con qué solazarnos. Y no sólo como escolar, sino como grupo, en familia. Sólo así podría cambiar todo. Eso es lo que critico inmisericordemente”. Basta ver la obra de Roberto Peregoz para confirmar que como habla pinta.

ENTREVISTA REVISTA PERSONAE . NUMERO 111 . FEBRERO 2009

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